La espectacular Operación Lago
El 23 de enero de 2003 Guillermo Ruiz Polanco, titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, ordena una operación contra el terrorismo islamista. La policía española ejecuta un espectacular despliegue que llamará Operación Lago. Participan 150 miembros del Cuerpo Nacional de Policía, GEOs y TEDAX, que utilizan explosivos para irrumpir por sorpresa y de madrugada en domicilios de Banyoles, Olot, Salt, Badalona, Santa Coloma de Gramenet y Sant Jaume de Llierca.
El fiasco del Comando Dixan
Pero menos de un mes más tarde, la Operación Lago empieza a desmoronarse pieza a pieza y amenaza con convertirse en un auténtico boomerang para un gobierno español acorralado entre las movilizaciones estudiantiles contra la Ley Orgánica de Universideades (LOU), la desastrosa gestión del derrame petrolero del Prestige y el intento de justificar la participación en la guerra de Irak contra la voluntad mayoritaria de la población, que las estadísticas cifran en más del 80%.
Guerra en Irak
Pero los detenidos del Dixan no sólo salen en libertad sino que son aclamados en las manifestaciones contra la guerra. El 23 de marzo reciben desde el escenario un homenaje de la multitudinaria manifestación en Girona de la tercera jornada internacional contra la guerra, un acto de reparación les da la bienvenida en Banyoles y se les multiplican las entrevistas en prensa y la participación en actos diversos. El diputado Jordi Pedret lo explicaba en la Comisión de Justicia e Interior: “Todos aquellos que fueron detenidos el 24 de enero de 2003 causaron una reacción absolutamente sorprendente en Cataluña, única hasta el momento e inaudita, de grupos sociales y vecinos de los detenidos en defensa de alguien acusado de terrorismo, cosa que jamás se había producido y que no he visto que se vuelva a producir”.
Vuelve la pesadilla del Comando Dixan
Con el Comando Dixan el ridídulo del Gobierno de Aznar había sido atronador, y ponía en tela de juicio el aparato antiterrorista del Estado. Y solo dos mesos después del archivo, el gobierno contraataca. Primero se reabre el caso del Dixan por un informe del FBI que contiene las palabras “napalm casero”, pero que acaba demostrándose irrelevante. Cuatro de los exdetenidos son nuevamente imputados, citados a declarar por Ruiz Polanco y dejados en libertad. Por otro lado, y formalmente sin relación alguna con la Operación Lago, empieza un rosario de peticiones de extradición a Argelia que hasta entonces nunca habían existido, pero que se dirigían contra contra algunos de los exdetenidos. Los procesos de extradición llegan al esperpento cuando Djamel Boudjelthia es detenido y liberado horas más tarde en Zaragoza, a medio camino de la Audiencia Nacional, cuando la jueza Teresa Palacios debe reconocer que la extradición iba dirigida contra otra persona. El 11 de enero de 2004 el experto en temas de terrorismo de El País José María de Irujo firma un articulo que descubre el enésimo enfrentamiento del juez Ruiz Polanco con la policía por la instrucción del caso del Dixan y anuncia que el caso se va a archivar de forma inminente.